El 1 de junio, un obispo inglés instó al Gobierno del Reino Unido a defender las "libertades fundamentales" de los ciudadanos en Hong Kong después de que el parlamento chino aprobó una controvertida ley de seguridad para esta ciudad.
Según un comunicado de prensa del 1 de junio, el presidente del Departamento de Asuntos Internacionales de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, y Obispo de Clifton, Mons. Declan Lang, llamó al Reino Unido a cumplir con sus responsabilidades con Hong Kong en virtud de la Declaración Conjunta Sino-Británica, que resultó en la transferencia de la soberanía de la ciudad a China en 1997, después de más de 150 años de dominio británico.
"Como tantos otros en la comunidad católica, estoy profundamente preocupado por la continua erosión de la autonomía, la supresión de las libertades políticas y la respuesta violenta a las protestas pacíficas ocurridas por la violación de este tratado", señaló Mons. Lang en una carta a Dominic Raab, el secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido.