El Obispo de San Cristóbal de las Casas, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, señaló que aquellos que piden que el próximo Papa sea más “liberal” en temas de ética sexual, defensa de la vida, celibato sacerdotal, etc., demuestran “su completa ignorancia de la religión católica”.

Durante la Eucaristía celebrada en la Catedral, el Prelado indicó que quienes hacen estos pedidos son en muchos casos los “enemigos de la Iglesia”, que ignoran que “el Papa no es dueño de la Iglesia, sino ‘un siervo de los siervos de Dios’”.

Mons. Arizmendi recalcó que la meta del Pontífice no es “congraciarse con las tendencias de moda, sino ser fiel a Jesucristo”. Agregó que “en este sentido, todo Papa es conservador, pues conserva lo que hemos recibido y que se debe transmitir a las siguientes generaciones”.

El Obispo de San Cristóbal descartó que dentro del Colegio Cardenalicio existan pugnas ideológicas. Añadió que aunque “son seres humanos” y “la tentación de criterios terrenos no está lejos de ellos”, lo que los purpurados buscan es que el sucesor “sea un reflejo transparente de Jesucristo resucitado”, que es el buen Pastor.

El Prelado también llamó a trascender aquellos “cortos criterios” de quienes se consideran “expertos en cuestiones de religión”, pero que dan opiniones bajo un punto de vista “exclusivamente humano”.

Indicó que más bien hay que tener fe “en que el Espíritu de Dios” nos dará “otro buen pastor” que testimonie “su amor a Cristo, a la Iglesia y a toda la humanidad, sobre todo a los pobres”.

Defensa de Juan Pablo II

Por otro lado, Mons. Arizmendi Esquivel defendió la memoria del Papa Juan Pablo II, pues en los últimos días “no han faltado quienes” le “han achacado” no haber actuado con firmeza en los casos de sacerdotes pederastas o de no comprender “las ‘bondades’ de la Teología de la Liberación”.

Tras afirmar que en ambos casos sus detractores faltan a la verdad, el Prelado mexicano recordó que cuando se descubrieron los casos de inconducta sexual en Estados Unidos, el Papa “hizo cuanto pudo para poner todo en orden”. Agregó que “no se le pueden achacar (a Juan Pablo II) las deficiencias que tengan los sacerdotes”.

El Obispo aclaró que tales faltas “no se deben al celibato sacerdotal”, porque estadísticamente “hay más de esos abusos por parte de personas casadas, que de célibes”.

Con respecto a la Teología de la Liberación, Mons. Arizmendi señaló que Juan Pablo II “nos ayudó a distinguir” que ésta “es contraria al Evangelio y al Magisterio” de la Iglesia.