Obispo llama a las administraciones a no dejar personas en la calle

El Obispo de Almería (España), Mons. Adolfo González Montes, urgió este jueves a la clase política a "tener muy en cuenta" en su gestión al frente de las administraciones públicas las "necesidades perentorias" que padecen "no solo los desempleados sino también los enfermos" y ha trasladado, no obstante, que confía en que "no dejarán en la calle a personas".

Mons. González Montes ha realizado esta reflexión a preguntas de los periodistas acerca de las medidas de recorte de gasto en materia social y sanitaria, y en concreto, interpelado sobre la normativa estatal que entrará en vigor el próximo 1 de septiembre, por la que se excluye de determinados servicios sanitarios a los inmigrantes en situación irregular con excepción de embarazadas, los menores y aquellos que padezcan enfermedades infecciosas y mentales.

"Quiero confiar en que los responsables de la vida pública procurarán las atenciones necesarias para no dejar en la calle ciertamente a las personas que de verdad lo necesitan", ha manifestado si bien ha declinado entrar en "otras consideraciones".

Subrayó que es, además de "un deber de todos", "primordial" que los responsables "inmediatos" de la gestión pública "hagan todo lo que esté en su mano" para que estos "sectores poblacionales sufran lo menos posible" y ha advertido de que no se puede permitir que la "recaiga sobre ellos y que los más desvalidos" tengan que "soportar" las consecuencias de la actual situación económica.

"Hago un llamamiento ciertamente a que se tenga muy en cuenta la necesidad perentoria de aquellos que no tienen de qué valerse ya que –añadió Mons. González Montes– no solamente afecta a aquellos que no tienen trabajo sino a aquellos que están enfermos y no tienen una contribución formal al sistema sanitario".

Sobre el trabajo asistencial y social de la Iglesia, indicó que Cáritas ha multiplicado por dos el volumen de servicios que presta "pese a los pocos medios" y ha remarcado que la labor se está centrando en auxilio "de primer urgencia" para facilitar comida y pequeños "subsidios" para evitar deshaucios.

"No estamos hablando de pobres de solemnidad sino de familias que tenían trabajo y que ahora ven desempleados a todos sus miembros. Son personas muy necesitadas y Cáritas hace todos lo que puede aún sabiendo de la carencia de medios", concluyó.