El Obispo de El Obeid (Sudán), Mons. Antonio Menegazzo, relató los estragos de la guerra civil que azota a este país y los desafíos de la minoría cristiana que vive en medio de la creciente violencia. Asimismo pidió ayuda a los organismos internacionales para buscar soluciones a este conflicto de más de 20 años.
En una entrevista concedida a L'Osservatore Romano mientras participa en el Sínodo de los Obispos en Roma, el Prelado relató que la capital de Sudán, "Darfur nos preocupa. La guerra continúa afectando a víctimas inocentes y las organizaciones internacionales no logran terminar con esta ola de violencia sin fin".
"También en el resto de Sudán, después de 21 años de guerra civil entre el norte y el sur, las injusticias y el sufrimiento no se atenúan. Ni siquiera con el acuerdo de paz las cosas han mejorado y la situación aquí no es para nada clara ni alentadora. La ONU y la Unión Europea deberían prestar mayor atención a los problemas de Sudán", afirma.