Obispo espera que Juan Pablo II toque corazón de españoles y asistan a JMJ Madrid 2011

El Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, expresó en una entrevista concedida a ACI Prensa que la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011 su esperanza de que el Beato Juan Pablo II motive la asistencia de españoles pues mientras la cita cuenta con una gran participación extranjera, la presencia de los nacionales aún es una incógnita.

"Tenemos la sensación de que la presencia internacional en España va a ser de las mejores de las jornadas mundiales", afirmó el Prelado el 1 de mayo desde el Pontificio Colegio Español de Roma a ACI Prensa.

Mons. Munilla, también responsable del Departamento de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Española, señaló que en este momento el gran reto es movilizar a la juventud de España.

"Los datos del extranjero son muy buenos, pero ahora mismo, la juventud española para nosotros es una incógnita, esta juventud ha padecido en los últimos años un chaparrón de secularización muy fuerte y muy duro, le pedimos a Juan Pablo II por su intercesión, para que toque los corazones que tiene que tocar para la participación final", agregó.

Respecto al número de participantes del próximo encuentro, consideró que "todavía es pronto para hacer conclusiones", pero "sí sabemos que en estas fechas y con los meses que faltan nunca habían habido tantas matriculaciones".

Señaló que los últimos cálculos confirman más de 300 mil personas y que "aún quedan muchos meses, lo cual quiere decir que va bien la cosa". "Siempre sabemos que el golpe fuerte viene al final", añadió.

El Prelado subrayó que "la llegada de la cruz peregrina de la JMJ ha animado muchísimo a las diócesis", y "la preparación de la acogida de los peregrinos que vengan de fuera ha hecho que se apunten en nuestras delegaciones muchos voluntarios que antes no estaban".

La próxima Jornada Mundial de la Juventud se celebrará en Madrid el próximo agosto, esta tradición anual nació en 1986 cuando el Beato Juan Pablo II entregó a los jóvenes una gran cruz de madera que debían hacer peregrinar por todo el mundo, con el fin de recordar el amor del Señor Jesús por la Humanidad y el anuncio de que solo en Cristo, muerto y resucitado, está la salvación y la redención.

"La Conferencia Episcopal está totalmente volcada en lo que Juan Pablo II puso en marcha", concluyó el Obispo español.