18 de febrero de 2005 / 02:41 AM
El Obispo de Málaga, Mons. Antonio Dorado publicó una carta pastoral dedicada a los trabajadores extranjeros en la que pidió a los ciudadanos y autoridades no discriminar a los inmigrantes en su inserción en la sociedad y en el mercado laboral español.
Mons. Dorado señaló que “la Iglesia coincide con todos los hombres de buena voluntad en que la emigración es un derecho humano. Y el Concilio nos recuerda que en una economía progresiva en la que la movilidad es necesaria, la justicia y la equidad exigen que dicha movilidad se ordene de tal manera que la vida de los individuos concretos y de sus familias no se haga incierta y precaria”.
“Necesitamos su presencia y su trabajo para que España funcione. Lo saben nuestros mayores y las amas de casa, entre otros grupos sociales, porque son numerosas las personas que trabajan en el servicio doméstico. También, en los trabajos más duros”, aseguró el Prelado.