El Obispo de Girona, Mons. Carles Soler, destaca en su carta pastoral dominical, con ocasión de la solemnidad del mártir San Narciso, la necesidad para los cristianos de tener una "fe personalizada y adulta" para afrontar la crisis europea.
Mons. Soler ve en el viejo continente "signos de un cambio sociocultural de tipo secularista y neopagano sin precedentes en su historia" y afirma que "estamos viviendo un cambio social y cultural muy profundo y acelerado" que "plantea un gran reto a nuestra vivencia de la fe cristiana y a la capacidad evangelizadora de la Iglesia".
El Obispo considera una paradoja que mientras "el Dios vivo y personal es apartado de la vida diaria mientras que se apoderan de ella ídolos de todo tipo" y el cristianismo es considerado "como algo anacrónico que hay que superar" y se sospecha y critica la religión, al tiempo que "se mantienen las tradiciones, vivencias religiosas y costumbres cristianas".