Obispo argentino: Nuestra fe no es vana porque Cristo ha Resucitado

En su Mensaje por Pascua, el Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Castagna, manifestó que “nuestra fe no es vana, porque Cristo ha resucitado, nuestro comportamiento personal y social debe responder a esa fe”.

Para el Arzobispo, cada Semana Santa, aunque se celebre el único acontecimiento, adquiere su propia originalidad ya que hace referencia a un momento histórico diferente. “No es el mismo hoy que ayer o en el futuro pues, tanto las circunstancias como los desafíos cambian y varían notablemente”, añadió.

Hizo también un llamado a los cristianos para que demuestre la autenticidad de su fe en los valores que regulan armónicamente sus diversos compromisos, lo que supone un examen continuo en confrontación con el Misterio acontecido y celebrado. “La Semana que concluimos –prosiguió–, y los dramáticos momentos recordados, han constituido el espacio propicio para ese examen y correspondiente ajuste”.

Para el Prelado, en la Pascua se celebra la Verdad que acontece, “cuando celebramos nos introducimos en el acontecimiento y ofrecemos (a todos) la oportunidad de hacerlo”. “Lo que se produce en nosotros, creyentes, convierte nuestra vida en el testimonio de su eficacia. El mundo no comprenderá si es sólo el entendimiento el que es interpelado. Más aún, una idea puede ser puesta en duda o discutida, pero, el acontecimiento no puede ser negado”, señaló.

En opinión del Arzobispo, la firmeza en la defensa de la verdad, por parte de la Iglesia, procede de la convicción de que su enseñanza es desarrollo, doctrinalmente formulado, del acontecimiento de la Pascua. “Su rechazo, por parte de quienes lo decidan, no puede apoyarse en argumentos racionales sino en la capacidad libre para aceptar o negar lo propuesto por el legítimo relato histórico”, enfatizó.

Mons. Castagna afirmó que la Iglesia ofrece al mundo la posibilidad de encontrarse con un “acontecimiento”, que no produce ella, del que es testigo anunciándolo y celebrándolo y destacó que no es intención de la Iglesia que los hombres acepten las leyes eclesiásticas sino que reconozcan lo que Dios hizo y hace por ellos en el acontecimiento de la Pascua.

eficacia redentora de ese ‘hecho’ la Resurrección