El fundador y director del Instituto Cristífero, Mons. Miguel Esteban Hesayne, invitó a los católicos a imitar en la vida diaria los gestos y palabras del Papa Francisco, quien "clama por una renovación de la Iglesia Católica".

"Desde el primer instante de su ministerio de sucesor de Pedro, Francisco al hacer su aparición al mundo entero, sus gestos y palabras fueron una cabal definición plástica del ser y misión de la Iglesia querida por Jesucristo. Explicitada en un vasto magisterio eclesial, desarrollada en profundos estudios eclesiológicos", afirmó el Prelado.

Mons. Hesayne dijo que su primer saludo en la plaza de San Pedro "eliminó la falsa idea de Iglesia reducida a cardenales, obispos, curas. Idea tan difundida en la sociedad actual a pesar de las rectificaciones doctrinales desde hace siglos. Es la que ha calado más hondo en el lenguaje y reacciones populares. Hasta tal punto que no pocas veces los mismos miembros notables de la Iglesia caen en este nefasto reduccionismo".

Francisco, indicó, "tiene por objetivo pastoral devolver a los bautizados el sentido de Iglesia no sólo como noción doctrinal sino como praxis diaria, es decir, que vivan la Fe cristiana con conciencia viva y activa de que la Iglesia es comunidad de los creyentes en Jesús muerto y resucitado. Porque es el mismísimo Pueblo de Dios".

"Es Cristo Jesús difundido en el mundo actual, transformando la historia de hoy en historia de salvación mientras haya dos o tres que animados por el Espíritu del Resucitado asúman las tristezas y angustias de sus conciudadanos en intento de transformarlas en gozos y esperanzas de un Mundo Nuevo. Un mundo lejos de la violencia y vivido en fraternidad amando al mismo Padre-Dios", subrayó.

"El Espíritu de Jesús Resucitado ante la densa doctrina sobre la Iglesia y la poca correspondencia en la generalidad de los católicos en toma de conciencia de la corresponsabilidad de cada bautizado en la misión de Iglesia, ha suscitado a Francisco para no solo con palabras sino con hechos personales, conmover los corazones de todos los miembros de la Iglesia en diversos ministerios y carismas, pero todos animados por el mismo Espíritu en igualdad de respuesta a la misión de evangelizar", añadió.

En ese sentido, aconsejó no perderse "palabras y gestos de Francisco, no sólo para admirarlo sino para imitarlo de acuerdo a nuestras circunstancias personales", y recordó el reciente episodio cuando el Pontífice bajó del papamóvil para abrazar y acariciar a un hombre enfermo de deformaciones ulcerosas. "Es un gesto-misión-cristiana, superior a centenares de palabras en conferencias y homilías. Más aún, es superior a una aparición milagrosa", afirmó.

"A luz de la fe en el misterio de Iglesia: es el mismísimo Jesús resucitado que camina en la historia de los más necesitados y dolientes de este mundo que se hace presente a través de quién actúa en su nombre", concluyó Mons. Hesayne.