26 de abril de 2006 / 02:28 AM
En una reciente homilía, Mons. Luis T. Stöckler, Obispo de Quilmes, destacó que "los experimentos que se hicieron a escondidas en los campos de concentración nazis, en nombre de la pretendida raza aria, se practican hoy abiertamente en nombre de la ciencia y con la anuencia de los parlamentos".
Al referirse al valor de la vida humana desde la concepción, el Prelado resaltó la herencia que la fe judeo-cristiana transmitió a la humanidad, porque "no hay otra religión que dé tanto valor a cada persona".
Mons. Stockler enfatizó que "no somos una suma de moléculas organizadas que se desintegran con la muerte para sumarse a la energía universal y reciclar el metabolismo de la naturaleza" y resaltó que "la dignidad de la persona humana radica en que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y es por eso que la vida humana es inviolable".