5 de febrero de 2009 / 09:41 AM
Ayer al mediodía, tres bombas lacrimógenas de mayor intensidad que las usadas en el ataque previo del pasado 19 de enero, fueron lanzadas al interior de la Nunciatura Apostólica en Venezuela. Esta cobarde agresión se perpetró mientras la Presidencia del Episcopado venezolano daba a conocer un comunicado en el que deploraba los destrozos cometidos por 15 desconocidos en la sinagoga de Caracas.
Según informa el Diario Católico de Venezuela, la Nunciatura Apostólica envió a su redacción un comunicado en el que explica que "dos personas motorizadas se acercaron a la sede de la Misión Diplomática y arrojaron tres bombas lacrimógenas, de las cuales dos cayeron y explotaron en la parte externa del recinto y la tercera que cayó y explotó en el patio interior de la sede diplomática".
Asimismo, prosigue el texto, "las tres bombas, al explotar, emitieron gases muy tóxicos, que afectaron a las personas que se encontraban cerca del lugar, las cuales tuvieron que alejarse rápidamente para no sufrir las efectos nocivos de la nube tóxica".