Mientras el Papa Francisco y los obispos locales abogan por un trato justo y humano hacia los inmigrantes, un nuevo informe reveló que la población ilegal de inmigrantes en Estados Unidos podría estar aumentando.

En un informe preliminar presentado el 24 de septiembre, el Centro de Investigaciones Pew señaló que la disminución en la población de inmigrantes ilegales después de la recesión registrada en Estados Unidos entre 2007 y 2009 se ha paralizado.

Al estudiar los datos del Censo de E.E.U.U., la organización indicó que entre 2007 y 2009, la población de inmigrantes indocumentados en el país bajó de 12.2 a 11.3 millones de personas.

Sin embargo, conforme se restablece la economía del país, la abrupta caída en la inmigración ilegal ha ido frenando. El Centro de Investigaciones Pew estimó que desde marzo de 2012, la cifra de inmigrantes ilegales ha aumentado a 11.7 millones, según los datos entregados por el gobierno.

El 6 de septiembre de este año,  el Arzobispo de Nueva York, Cardenal Tmothy M. Dolan, explicó en una columna publicada en el Daily News que "nadie puede estar orgulloso de permitir que una enorme subclase de trabajadores indocumentados continúe formándose" en los Estados Unidos.

El Cardenal Dolan, quien es presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, indicó que "millones de nuestros vecinos viven en situaciones de marginalidad, tienen a sus familias muy afectadas y son fácilmente explotados".

El Papa Francisco también habló acerca esta complicada realidad. El 24 de septiembre, el Papa hizo un llamado a los fieles para que ayuden "a que los demás puedan ver, que los inmigrantes y refugiados no solo representan un problema a resolver sino que son hermanos y hermanas a quienes se les debe acoger, respetar y amar".

Los datos preliminares entregados por el Centro de investigaciones Pew indican que cerca de dos tercios de inmigrantes ilegales se concentran en seis estados: California, Florida, Illinois, Nueva Jersey, Nueva York y Texas. Se trata de inmigrantes, en su mayoría, provenientes de México.

La noticia coincide con la campaña de los obispos de Estados Unidos por una reforma migratoria, la que ha incluido misas, oportunidades educacionales y foros públicos.

Los legisladores nacionales han debatido posibles medidas de reforma mientras que los obispos han concentrado su atención en programas de legislación para trabajadores indocumentados en el país, programas laborales que permitan que trabajadores nacidos en el extranjero puedan entrar a los Estados Unidos de manera legal y segura, el bienestar de las familias, los derechos de debido proceso, junto con la aplicación y los esfuerzos para abordar las causas que impulsan la migración.

"Queremos tratar de usar todos los recursos a nuestra disposición", dijo Kevin Appleby, director de política migratoria en la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU,  al periódico The New York Times.

"Ellos tienen que escuchar el mensaje de que queremos que esto se lleve a cabo, y, si no tienen éxito durante el verano, no van a ganar para el final del año," afirmó Appleby con respecto a la urgencia de esta iniciativa.