El Papa Francisco encontró ayer en la basílica de San Juan de Letrán al clero de la diócesis de Roma, de la que es obispo. En un clima de cordialidad y confianza, el Santo Padre pidió a los sacerdotes que le preguntasen lo que quisieran. Entre los temas tratados estuvo la nulidad matrimonial, la fatiga por el cansancio del trabajo propio del presbítero, la oración y algunos graves problemas que afronta la Iglesia.
"Tengo miedo de que, como el diablo es astuto ... y te hace sentir que ahora tienes el poder y puedes hacer esto o lo otro... Pero, gracias a Dios, aún no soy así y si alguna vez veis que he perdido esto, por favor, decidmelo y si no me lo podéis decir en privado,hacedlo en público, pero hacedlo: 'Oye, ¡conviértete!'. ¿Está claro, no?".
El Papa habló del cansancio de los sacerdotes porque su trabajo es duro ."Existe una fatiga del trabajo que todos conocemos; llegamos a la noche cansados de trabajar y pasamos por el Tabernáculo para saludar al Señor, que es algo que hay que hacer siempre ... Cuando un sacerdote está en contacto con su gente, se fatiga, pero duerme bien; en cambio cuando un sacerdote no está en contacto con su gente, se cansa pero duerme mal.. Hay que estar siempre en contacto con la gente, que realmente tiene tantas necesidades, pero son las necesidades de Dios, que requieren un esfuerzo serio".