El Obispo electo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, afirmó que, al objeto de servir adecuadamente a la Diócesis cordobesa, ha decidido "entregarse del todo", con la esperanza de "poder estar a la altura", pues, según subrayó, el Arzobispo de Sevilla y todavía Administrador Apostólico de Córdoba, Mons. Juan José Asenjo, "ha dejado el listón muy alto".
En este sentido y en declaraciones a Europa Press, Mons. Fernández, que dio gracias a Dios por su designación, pues la entiende como "un regalo del Señor" para él y "para su Iglesia", a la vez que agradeció al Papa Benedicto XVI la "confianza" que le ha mostrado al encomendarle la Diócesis de Córdoba, pidió a los cordobeses "recen al Señor y a la Virgen de la Fuensanta" por él, "para que esté a la altura de servir a una diócesis viva y que tiene mucha vitalidad eclesial".
En relación con esta afirmación, en su primer mensaje a los fieles de Córdoba, Mons. Fernández, que ha "oído hablar muy bien de los cordobeses", de su "fe, esperanza y caridad", recurrió a la carta que dirigió el apóstol San Pablo a los cristianos de Tesalónica para lanzar el mensaje a los fieles de la Diócesis de Córdoba de que son un "modelo para todos los creyentes en España y, más allá de nuestras fronteras, la palabra de Dios y vuestra fe en Dios se ha difundido por todas partes", lo cual supone "una enorme responsabilidad", que ahora también compartirá él.