Los obispos de Nueva Zelanda advirtieron de un nuevo proyecto de ley "totalmente inaceptable", que si es aprobado cambiará las normativas del aborto, introduciendo esta práctica "a pedido" y dejando sin ningún tipo de ayuda a las mujeres que son presionadas para abortar.
"Es una falla importante de la nueva ley propuesta que ya no habrá ningún requisito legal para considerar los derechos del feto. Eso es totalmente inaceptable para los obispos y muchos neozelandeses", dijo Cynthia Piper, portavoz de la Conferencia Episcopal Católica de Nueva Zelanda.
"En el útero, el niño ya tiene su propia identidad genética única y genealogía. Nuestras leyes de aborto deben reflejar esta realidad", añadió.