El Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo, indicó que el nuevo modelo de financiación de la Iglesia Católica acordado el viernes último entre la Conferencia Episcopal de España (CEE) y el Ejecutivo, "no es un regalo del Gobierno", sino "un derecho de los ciudadanos que exigen lo que necesitan".
Con ocasión de la presentación de su libro "El día a día de la fe. 24 horas con Dios", el Purpurado afirmó que la religión "es un bien social y, como tal, merece ser financiada", entre otras cosas, porque proporciona a los ciudadanos alimento cultural y, particularmente, espiritual, además de dar "de comer a los indigentes" y atender a los inmigrantes.
Por estos y otros beneficios que la Iglesia aporta a la sociedad es que ésta tiene que "hacer propaganda para que los fieles pongan la crucecita" en la casilla del formato del pago de impuestos, dijo el Cardenal.