"McFarland: Sin límites", al fin una película que destaca el espíritu latino en Estados Unidos

Por Abel Camasca

16 de marzo de 2015

Mar 16, 2015

La comunidad latina suele criticar a Hollywood por caricaturizar a los migrantes en la gran mayoría de sus producciones. Hace unas semanas se estrenó la película "McFarland: Sin Límites" que para sopresa de la crítica muestra cómo la conjunción de dos culturas traspasa la condición social y  lleva a la superación de jóvenes latinos en Estados Unidos.

Basada en hechos reales, tiene como protagonistas a Kevin Costner que hace el papel de Jim White, un entrenador que, luego de una serie de problemas, llega con su familia al pueblo de McFarland (California), conformado por migrantes e hijos de migrantes latinos dedicados en su mayoría a la agricultura.

Está ambientada a mediados de los 80, en una pequeña ciudad  con la misma problemática juvenil, la discriminación y racismo que aún se puede percibir no solo en Estados Unidos, sino también en muchos países, donde la brecha entre pobres y ricos va más allá del tema económico.

En McFarland, el entrenador White centra su mirada en un grupo de jóvenes, provenientes de familias con dificultades económicas, para formar un equipo de "cross-country" (de carrera), deporte reservado para estudiantes de escuelas privadas.

No será fácil para el entrenador, ni para los muchachos alcanzar sus objetivos en los campeonatos. Pero la sencillez de White en tratar de entender la vida que llevan sus estudiantes, será uno de los pasos para que el equipo se unifique y se alcance el apoyo de todo un pueblo católico, que pone sus esperanzas en este grupo.

Aunque no se trata de un filme cristiano, la cinta retrata gestos de fe de los protagonistas. La actitud de White recuerda lo que alguna vez el santo educador Don Bosco escribió a sus salesianos: "Amen lo que agrada a los jóvenes y los jóvenes amarán lo que les gusta a los superiores". Es decir, el secreto está en ganarse la confianza del otro para llevarlo al bien.

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Algo que se consigue mostrando interés por conocer su realidad, sus sueños, sus gustos, sus complejidades, para desde ahí animarlo a que salga adelante con las cualidades que posee. Pero sin presiones, sino con paciencia, acudiendo a la oración, los sacramentos y a especialistas, si el caso lo requiera.

Para San Juan Bosco en cada joven había algo bueno que se podía explotar y esto es lo que el entrenador White ve en sus deportistas, más allá de la diferencia cultural, del idioma, de las costumbres y la edad.

Esta clave cristiana de ver al otro como mi prójimo es importante y podría ayudar mucho al tema de los migrantes en Estados Unidos, pero también en las parroquias, grupo o comunidad, donde a veces se llega al punto de enfrascarse en las diferencias y no unirse con lo que se tiene en común.

Los frutos de aquel suceso que se dieron en aquella época en McFarland, con los verdaderos protagonistas que lo vivieron en carne propia, siguen repercutiendo hasta hoy en ese pueblo y la película lo acentúa con datos concretos.

Esta producción cinematográfica de Disney tiene ciertas escenas de violencia, pero sin caer en el morbo exagerado.

Podría ser muy útil para una catequesis, una reflexión comunitaria y hasta para conversarla en familia con los adolescentes mayores de 14 años. Con todo esto, entra en la categoría de "películas recomendables".

A continuación la canción "Juntos" de Juanes, en el que aparecen escenas de la película y al cantante en el pueblo de McFarland.

Abel Camasca
Periodista egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima. Parte del equipo periodístico de ACI Prensa desde 2014. Entre 2016 y 2022 estuve a cargo de la producción del programa televisivo EWTN Noticias y de Más que Noticias, programa de Radio Católica Mundial. Suelo escribir artículos sobre las vidas de los santos.