13 de diciembre de 2013 / 03:43 PM
Los cristianos "alérgicos" a los predicadores siempre tienen algo que criticar, pero en realidad tienen miedo de abrirle la puerta al Espíritu Santo y por esa razón terminan tristes, lo dijo esta mañana el Papa Francisco en la Misa que presidió en la capilla de la Casa Santa Marta donde reside.
En el Evangelio del día, Jesús compara la generación de su tiempo con aquellos muchachos siempre descontentos "que no saben jugar con felicidad, que rechazan siempre la invitación de los otros: si hay música, no bailan; si se canta un canto de lamento, no lloran… ninguna cosa les está bien".
El Santo Padre explicó que esa gente "no estaba abierta a la Palabra de Dios". Su rechazo "no es al mensaje, es al mensajero". Rechazan a Juan el Bautista, que "no come y no bebe" pero dicen que "¡es un endemoniado!". Rechazan a Jesús, porque dicen que "es un glotón, un borracho, amigo de publicanos y pecadores". Siempre tienen un motivo para criticar al predicador.