El Siervo de Dios Cardenal Eduardo Francisco Pironio es conocido en el mundo por su amor y devoción a la Virgen de Luján, pero muy pocos saben que su madre también lo fue, al punto que Dios le concedió una gracia especial por intercesión de María.
El 18 de febrero, el Papa Francisco reconoció las virtudes heroicas del Cardenal Eduardo Francisco Pironio, siervo de Dios argentino muy querido y admirado en su país por su particular espiritualidad, compromiso, amabilidad, carisma y trayectoria eclesial sobresaliente.
El Siervo de Dios Eduardo Pironio nació el 3 de diciembre de 1920 en la localidad de 9 de Julio, Argentina, y fue el menor de nada menos que 22 hermanos. El 5 de diciembre de 1943, tras cumplir 23 años, fue ordenado sacerdote en el Santuario Basílica de Luján.