3 de febrero de 2014 / 11:31 AM
En la homilía de la Misa que esta mañana presidió en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco exhortó a no hacer justicia con las propias manos, sino confiar en Dios, especialmente en los momentos de oscuridad y prueba que la vida puede presentar.
Según señala Radio Vaticano, el Santo Padre reflexionó en su homilía en el pasaje en el que el rey David es traicionado por su hijo Absalón. El soberano huye triste porque "también el pueblo" estaba con el hijo en contra del rey. Y siente "como si este hijo estuviese muerto". Pero "¿cuál es, entonces, la reacción de David ante esta traición del hijo?".
El Pontífice indicó tres actitudes. Ante todo, David, "hombre de gobierno, toma la realidad como es y sabe que esta guerra será muy" dura y "que habrá muchos muertos". Por lo tanto, "toma la decisión de no hacer morir a su pueblo". Él, observó el Papa, "podía luchar en Jerusalén contra las fuerzas de su hijo", pero decide que Jerusalén no sea destruida: