Meghan Markle y el príncipe Harry, duques de Sussex, bautizaron a su hija Lilibet y se refirieron a ella por primera vez con el título de "princesa". Sin embargo, no se trató de una ceremonia católica.
Un portavoz de los esposos contó a GBNews que la hija de los duques de Sussex fue bautizada el viernes 3 de marzo por el obispo episcopaliano de Los Ángeles (Estados Unidos), el reverendo John Taylor, quien es miembro de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos.
Esta denominación religiosa forma parte de la Comunión Anglicana, la cual no está en comunión con la Iglesia Católica.