No es posible separar la cultura argentina de la fe, afirma Arzobispo

En su reflexión semanal en el programa televisivo “Claves para un Mundo Mejor”, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, denunció una “sorda guerra cultural” que busca reducir la influencia de la tradición cristiana en la identidad e historia del país y afirmó que la cultura argentina es un “fruto maduro de la evangelización”.

El Prelado advirtió que “hay grupos, movimientos, personas, medios de comunicación que insisten en querer detener el influjo que la Iglesia y la tradición cristiana, los principios y valores del humanismo cristiano han venido ejerciendo y ejercen aún sobre nuestra población”.

“No es un tema menor porque aquí se juega algo fundamental para la vida de la Iglesia y la vida de la Nación”, explicó el Arzobispo y recordó las palabras que el Papa Juan Pablo II expresó en varias oportunidades: “si la fe no arraiga hondamente en un pueblo y no se hace cultura, esto es, si el mensaje de Cristo no impregna la conciencia, la mentalidad, los juicios de valor de las personas y si eso no se va reflejando en la vida social para proyectarse en las instituciones, se juega algo muy valioso, muy importante”.

“No se trata de un influjo extrínseco que la Iglesia ejerce sobre la cultura, se trata de un fruto maduro de la evangelización. Cuando la Iglesia cumple su deber de predicar el Evangelio, de dar testimonio de él en cada comunidad cristiana, de hacer crecer la vida de gracia en los hombres que se acercan a los sacramentos, es decir, cuando la Iglesia cumple su misión verdaderamente eso se refleja en el orden de la cultura vivida”, añadió el Prelado.

Asimismo, Mons. Aguer aclaró que no se refiere a la cultura académica sino “a la cultura popular, al estilo de vida, al modo de pensar, a la cosmovisión que tiene vigencia en un momento determinado en un país”.

Por otro lado, al referirse a los sucesos de San Luis donde el Gobierno provincial se enfrenta actualmente con el Obispo local, el Prelado explicó que estos hechos “nos tienen que hacer reflexionar a todos acerca de cómo estamos ubicados respecto de nuestro compromiso para que el mensaje de Cristo efectivamente se refleje en nuestra vida social y a cada uno le toca cumplir su responsabilidad”.