A través de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Jad Abed, un niño cristiano sirio, compartió cómo su fe lo ayudó a sobrevivir al conflicto, y aseguró que en la ciudad de Alepo "muchos días los hemos vivido como en una película".
Jad contó que durante la batalla de Alepo, ocurrida del 2012 al 2016, su casa fue bombardeada.
"Recuerdo el ruido de las bombas acercándose, y cuando una cayó sobre el tejado, una parte se derrumbó. Mi padre nos sacó de allí y nos llevó al lugar donde vivimos hasta hoy. No podemos regresar a casa, pues gran parte está destruida", indicó el niño de diez años.