Al recibir hoy en Castel Gandolfo a los obispos que ha nombrado durante este año, el Papa Benedicto XVI explicó que los prelados deben acoger los carismas que el Espíritu Santo suscita para la santificación de la Iglesia y que ninguno de estos está dispensado de la "referencia y sumisión a los pastores de la Iglesia".
Antes de entrar en la reflexión de los carismas, el Papa dijo que los obispos están invitados a "renovar la profesión de vuestra fe sobre la tumba del Príncipe de los Apóstoles, y vuestra adhesión confiada a Jesucristo con el impulso de amor del mismo apóstol, intensificando los vínculos de comunión con el Sucesor de Pedro y con los hermanos obispos".
En el marco del curso promovido por la Congregación de los Obispos, que se organiza desde hace diez años para reflexionar sobre distintos aspectos del ministerio episcopal, Benedicto XVI señaló que el obispo "no es un hombre solo, sino que está insertado en aquel ‘corpus episcoporum’ que se transmite desde su origen apostólico hasta nuestros días ligándonos a Jesús".