Pilar Caballero, nieta de la nueva beata Teresa Cejudo, una madre de familia cooperadora salesiana, señaló que el recuerdo que siempre tuvo de su abuela fue la del espíritu de perdón y reconciliación.
Caballero, una de las 2 500 familiares de los 498 mártires beatificados el domingo pasado en la Plaza de San Pedro por el Cardenal José Saraiva Martins, recuerda que Teresa Cejudo era cooperadora salesiana en Pozoblanco (Córdoba), cuya hija tenía diez años cuando su madre fue fusilada.
“La experiencia de toda mi familia –dice Caballero– está siendo muy emotiva e intensísima, porque desde los años sesenta aproximadamente, en que el colegio salesiano comenzó a mover el tema de las beatificaciones, en casa siempre hemos dicho que a lo mejor tendríamos la suerte algún día de ver que a mi abuela la hagan beata”.