"El libro dio principio como unas notas rápidamente esbozadas que iban a ser únicamente para mí. Quería recordar todos los detalles de aquel edificio que había imaginado a ratos sueltos durante varios meses. Nació como unos apuntes personales que se quedarían sólo en eso. Quizá unas diez páginas, veinte a lo sumo".
El P. Fortea señaló que "conforme esas anotaciones se multiplicaron -nunca pensé que eso sucedería-, los apuntes se tornaron en descripción más detallada. Por primera vez, en algún momento que no recuerdo, comencé a pensar en los lectores".
"Esos apuntes acabaron convirtiéndose no en una mera descripción, sino en una historia: la historia del desarrollo de esta idea, de su construcción y de su evolución. Con el pasar de más de un año de pacientes adiciones a mi escrito, la historia, en algunos de sus tramos, fue tomando ribetes de verdadero ensayo, un ensayo narrativo. Lejos estaba de imaginar que iría completando este edificio durante cuatro años más".