1 de octubre de 2007 / 02:52 AM
El Obispo de Málaga, Mons. Antonio Dorado Soto, aseguró que le corresponde a los padres ayudar a sus hijos a "discernir lo que está bien de lo que está mal y fortalecer su voluntad para que lo cumplan", además de "cuidar el desarrollo de esa urdimbre humana básica que son sus sentimientos religiosos, responder a sus preguntas e introducirlos en la vida" de la Iglesia.
En una reciente carta, el Prelado felicitó a los padres por haber "inscrito libremente a vuestros hijos en la clase de religión" y señaló que el educar a los hijos es "un derecho y un deber que adquiristeis, y que prometisteis cumplir, cuando pedisteis el bautismo para ellos" y "nadie os puede sustituir dignamente en esta entrañable tarea".
Tras indicar que aunque "una minoría se siga oponiendo con gran tenacidad a lo que decidís la mayoría de los ciudadanos", Mons. Dorado aseveró que "vuestro respaldo constituye, para los profesores de religión católica, un motivo más para ejercer su tarea con absoluta profesionalidad".