4 de junio de 2010 / 09:15 AM
En la iglesia Agia Kiriaki Chrysopolitissa, lugar de culto ortodoxo abierto desde 1987 a los católicos y anglicanos por voluntad del entonces obispo ortodoxo de Paphos y actual arzobispo de Chipre, Su Beatitud Crisóstomo II, el Papa Benedicto XVI señaló que "la comunión eclesial en la fe apostólica es a la vez un don y una llamada a la misión", tarea urgente que el mundo necesita sediento de la verdad que es Jesucristo.
Así lo indicó el Santo Padre en la iglesia desde donde se ve unas ruinas donde se encuentran los restos de la basílica paleocristiana del siglo IV y muy cerca la "Columna de San Pablo", objeto de devoción popular y ligada a la estancia del Apóstol de Gentes en la isla.
A su llegada, Benedicto XVI fue recibido por el párroco de la comunidad latina y después de rezar unos minutos en silencio en el templo, salió por la antigua puerta central para saludar a los fieles reunidos en la zona arqueológica. El arzobispo ortodoxo de Chipre, Su Beatitud Crisóstomo II, saludó al Papa y después de la lectura del relato del primer viaje de San Bernabé y San Pablo a la isla, el Pontífice pronunció un discurso.