10 de enero de 2018 / 05:32 AM
Unas 620 mujeres del Centro Penitenciario Femenino (CPF) de San Joaquín, en Santiago de Chile, trabajan a toda prisa para la visita del Papa Francisco el próximo 16 de enero, con la certeza de que el paso del Pontífice dejará una profunda huella en sus vidas.
Desde que se confirmó la visita del Santo Padre, estas mujeres condenadas por tráfico de drogas, homicidio, robo, entre otros delitos, han puesto el corazón en la preparación del encuentro que durará unos 40 minutos.
"La gente aquí sufre, hay mucho dolor y que él venga y se acuerde de nosotros es que Dios se acordó de nosotros. Yo creo que esa es providencia de Dios, nada más", dijo a ACI Prensa Nelly Domíguez, condenada a 15 años por tráfico de drogas.