23 de agosto de 2005 / 07:02 AM
En medio a fuerte y agresiva protesta por parte de fieles de la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Greco-católica de Ucrania mudó este domingo su sede de Lviv a Kiev, capital del país. Los ortodoxos, a pesar de las aclaraciones del caso, entendieron el hecho como una afrenta.
El anuncio fue hecho, por el Cardenal Lubomyr Husar, cabeza de la Iglesia Greco-católica de Ucrania –también conocida como Iglesia Católica de rito oriental, y la mayor de las Iglesias orientales en comunión con la Santa Sede- poco antes de la celebración litúrgica que presidió en el local donde se construye la futura iglesia de la Resurrección, a la que además de 3000 fieles, asistieron otros obispos católicos de rito oriental.
En su homilía, el Cardenal Huzar insistió que la mudanza no pretende desafiar a nadie, sino que obedece al justo y lógico derecho de colocar la sede de la Iglesia Greco-católica en la capital cultural y política del país.