"Sin embargo, no dejó su labor pastoral en continuas visitas a las casas de los cristianos y celebraciones litúrgicas clandestinas. Su calidad humana llamó la atención incluso de quienes le vigilaban", agregan.
"A comienzos de los 80 consigue relacionarse con los Agustinos Recoletos mediante cartas escritas a direcciones que había memorizado de joven: él ni siquiera sabía si la Orden todavía existía", pues una de las presiones psicológicas que sufrió era "decirle que la Orden ya no existía en ningún lugar del mundo. Los propios Agustinos Recoletos tampoco sabían si quedaba alguno de los religiosos chinos en vida".
Jubilado de sus tareas docentes, vuelve en 1980 a Shangqiu dedicándose a la labor pastoral, y consigue que las autoridades civiles devuelvan a la Iglesia "todos los bienes confiscados desde 1948, reabre la parroquia y contacta con algunos de los religiosos recoletos que quedaban dentro de China tras la dispersión". El 8 de mayo de 1991 es nombrado Obispo de la diócesis, tras 39 años sin pastor".