El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, defendió el valor de la enseñanza de las escuelas y universidades católicas, como formadoras del hombre y que desafían a la sociedad actual a reemprender "una y otra vez su compromiso con la dignidad humana".
"Una generación no puede dedicarse a relativizar los valores, a problematizar las virtudes humanas y a hacer oídos sordos a las exigencias del amor sin crear un grave daño social, decadencia humana y moral. Toda escuela y toda universidad están llamadas a ir en otra dirección y a ser las expresiones más claras del compromiso con la dignidad humana de los alumnos, como servicio esencial a las familias y a la sociedad", afirmó en su carta semanal "La dignidad humana, clave de la educación católica".
Los centros católicos, recordó, incorporan en su proyecto educativo la verdad fundamental de que "en Dios se encuentra la fuente de la dignidad humana", la que "genera un estilo de educar propio, animado por el espíritu evangélico de libertad y de amor".