El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, exhortó a imitar el servicio caritativo a los pobres que enseñó durante su vida el P. Cristóbal de Santa Catalina, fundador de la obra de Jesús Nazareno y que será beatificado este domingo 7 por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Ángelo Amato, en la Catedral de Córdoba.

"En el Año de la Fe, el testimonio del nuevo beato es una muestra elocuente de cómo la fe se verifica en la caridad (…). La caridad vivida hasta el extremo es la mejor prueba de que Dios ha encandilado el corazón de este hombre. Y al mismo tiempo, hubiera sido imposible darse hasta el extremo, si no hubiera una fe firme y bien nutrida en la oración y la penitencia. La fe y el amor se necesitan mutuamente", expresó en su última carta enviada a ACI Prensa.

El P. Cristóbal, nacido en Mérida en 1638 y fallecido en Córdoba en 1690, tuvo "una vida impresionante, que la Iglesia propone como ejemplo de santidad para todo cristiano".

"Cuando a los treinta años su vida da un vuelco hacia Dios, se retira al desierto en una búsqueda hambrienta de Dios, encontrando en Él la misericordia que su corazón deseaba. Sólo la misericordia de Dios puede saciar el corazón humano, y a la luz de esa misericordia el hombre se siente pecador, necesitado de Dios y de su perdón", afirmó.

Mons. Fernández explicó que "Cristóbal buscaba a Dios, buscaba su misericordia y quedó saciado en su etapa de desierto: oración continua, penitencias y ayunos abundantes, deseo de seguir a Cristo en su dolorosa pasión hasta identificarse plenamente con Él. La coherencia de vida le convierte muy pronto en maestro de otros, que quieren seguir el mismo camino y encuentran en él un padre".

Una vez saciado, baja a la ciudad y "le conmueven las miserias de sus contemporáneos, particularmente las de las mujeres maltratadas y las niñas". Esto, afirmó, "le hacen más misericordioso aún, capaz de compartir el sufrimiento ajeno y aliviarlo con el bálsamo de la caridad cristiana, como el buen samaritano".

"En torno a él, otros quieren seguir su camino y ayudarle en el trabajo del hospital de Jesús Nazareno de Córdoba. Primero ellos y después ellas, que han prolongado su obra hasta el día de hoy, las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno Franciscanas", señaló.

Mons. Fernández alentó a que la Diócesis de Córdoba, la Congregación de las Nazarenas Hospitalarias y toda la Iglesia encuentren en el P. Cristóbal "un estímulo para afianzar nuestra fe, bien arraigada en Jesucristo, de manera que nos pongamos a la tarea de servir a los pobres –en todo tipo de pobrezas, materiales y espirituales-, gastando la vida como la ha gastado él".

"Beato Cristóbal, ruega por nosotros, para alcanzarnos de Dios el don de la oración, el de una vida penitente y el don inmenso de una caridad sin límite y hasta el extremo", finalizó.

La obra de Jesús Nazareno, fundada por el P. Cristóbal de Santa Catalina se ha extendido en más de veintiséis casas por España y América Latina.