El Arzobispo de Santiago (Chile), Mons. Ricardo Ezzati, presidió la celebración de Domingo de Ramos en la Catedral Metropolitana, donde exhortó a los padres de familia a transmitir a los niños "la alegría de encontrarse, ya desde ahora, con el Señor Jesús, el Señor de la vida, el Señor de la esperanza".

Según informó Iglesiadesantiago.cl, el Prelado recordó en su homilía que el amor y la misericordia de Dios son infinitamente más grandes las flaquezas y debilidades humanas.

"Dios nos dice que podemos pasar por momentos oscuros en la vida personal y también en la vida de nuestra comunidad eclesial, pero que el amor redentor de Cristo es capaz de renovarnos continuamente, siempre, porque el amor es mucho más grande que nuestro pecado", afirmó.

En ese sentido, dijo que la Semana Santa es ocasión para descubrir la misericordia de Dios con el sacramento de la Penitencia. Mons. Ezzati recordó que el Papa Francisco aseguró que la misericordia es lo que va a salvar al mundo, "y nos invitó a ser nosotros mismos misericordiosos con quienes nos ofenden, con quienes nos han hecho y nos hacen el mal, porque solamente el amor salva, solamente el amor es capaz de superar los límites de la iniquidad".

"¡Qué profundidad y qué grandeza del amor de Dios frente a nuestra ingratitud! Porque la pasión y la muerte de Jesús continúa también en la historia de hoy, y nosotros estamos llamados a preguntarnos de qué lado estamos, si estamos al lado de quienes tuvieron miedo y se alejaron de Jesús, si estamos al lado de quienes lo insultaron y pidieron su muerte, o si estamos al lado de María y de Juan, que perseveraron al lado de la cruz", señaló a los cuatro mil fieles que llenaron la Catedral.

El Arzobispo de Santiago afirmó que Dios ha regalado a la Iglesia una nueva primavera "que cada uno de nosotros está llamado a llevar al mundo" para que tenga más esperanza, más vida y más alegría.

"La invitación que Jesús nos hace es a seguirlo, para que como Él ha abierto las puertas de la esperanza que no tiene fin, también nosotros, con humildad, pero también con mucha confianza en él, que nos ha precedido y nos da la vida, podamos ser anunciadores de esta primavera de vida y de alegría que el Señor nos regala con su muerte y su resurrección", expresó.