El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, invitó a los fieles a sumarse al pedido del Papa Francisco de combatir la coima -o "tangente", como le dicen en Italia-, junto con el narcotráfico.

Así lo expresó en un artículo publicado el 30 de noviembre en el diario platense "El Día", al abordar la homilía que el Papa pronunció en la capilla de la Casa Santa Marta el 8 de noviembre, donde advirtió que la coima "comienza, quizá, con un sobrecito, pero es como la droga: se acaba con la enfermedad de acostumbrarse a ella".

Mons. Aguer recordó que el Pontífice también pidió rezar por la conversión "de los devotos de la diosa coima" y por sus hijos, "que reciben de sus padres pan sucio, un pan que hace perder la dignidad", porque "el pan limpio, el auténtico, es el que se gana con el trabajo".

"El sermón papal tuvo una resonancia amplísima, en relación con el fenómeno de la corrupción, que preocupa especialmente en algunos países. Se trata de una deficiencia ética que constituye, cuando se extiende y contagia a muchos, una verdadera lacra social. El corruptor siempre tiene necesidad de un corrupto", expresó el Arzobispo de La Plata.

El Prelado señaló que en Italia, citando al diario "Il Corriere della Sera", el servicio Anticorrupción y Transparencia del Ministerio de la Función Pública advierte "que la corrupción le impone al pueblo italiano una tasa inmoral y oculta que supera los cincuenta mil millones de euros". Además, "una encuesta reciente revelaba que en 2012 un doce por ciento de los italianos, casi uno sobre ocho, había recibido un pedido, más o menos explícito, de 'tangente'".

"¿Y por casa cómo andamos? No he podido acceder a datos vertidos públicamente con tanta seguridad como en el caso de Italia; si existen investigaciones y cálculos ciertos podrían disipar o confirmar la convicción pesimista, y generalizada, de que no nos quedamos atrás en el arte de 'arreglar de otra manera' nuestras dificultades", indicó el Prelado.

"Consolémonos pensando que el problema es mundial. Pero todo tiene su límite, también la inmoralidad. En la economía moderna se puede reconocer que la diferencia entre comisión –que puede ser legal– y coima es análoga a la que existe entre préstamo a interés y usura", señaló Mons. Aguer, quien pidió "hacer nuestra la inquietud del papa Francisco", y ocuparse, además de la invasión del narcotráfico, "de superar el vicio social de escapar por la tangente".