El Arzobispo de La Plata (Argentina), y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, Mons. Héctor Aguer, advirtió que el anteproyecto de reforma del Código Civil traerá consecuencias “tremendas” debido a las “alteraciones muy graves contra la constitución de la familia y la dignidad de la vida humana”.

El también presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica señaló que el proyecto impulsado por el Gobierno de Cristina Fernández tiene "diferencias injustificables desde el punto de vista científico", como cuando quiere el inicio de la existencia humana "con la concepción en el cuerpo de la mujer o la implantación en ella del embrión formado mediante técnicas de reproducción humana asistida".

“Se establece en ese texto una diferencia injustificable desde el punto de vista científico. Se reconoce como persona humana desde el momento de la concepción aquella que es engendrada en el cuerpo de la mujer, pero no la que inicia su trayecto vital en una probeta. Ésta sólo sería persona a partir de su implantación en el seno que la reciba”, señaló durante el programa Claves para un Mundo Mejor.

Mons. Aguer también lamentó que se quiera eliminar el deber de la fidelidad en el matrimonio, “que es un elemento fundamental. Ya no será un deber guardar fidelidad y ya no habrá atribución de culpa en el caso de adulterio".

"En el anteproyecto se banaliza además del matrimonio, el divorcio, que pasa a ser lo que se llama 'divorcio express'. El trámite va a durar una semana. Se crean las figuras de 'uniones convivenciales' para las parejas no casadas. Quiere decir que será lo mismo casarse que no casarse", agregó.

"Estas reformas no tienen por ahora una repercusión popular, pero las consecuencias a la larga serán tremendas sobre todo teniendo en cuenta que el Código Civil Argentino era un modelo de orden jurídico fundado en la naturaleza de las cosas", advirtió.

El Arzobispo de La Plata dijo que el proyecto está proponiendo “una nueva estructura de la sociedad argentina en sus realidades esenciales. Y esto sí que es un problema serio y que tiene que ser objeto de debate”.

El Prelado pidió “un debate serio en el Congreso de la Nación. Espero también que haya muchas consultas antes, a todas las instituciones de la sociedad que pueden opinar sobre esto”.