El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, agradeció al Papa Benedicto XVI por el Pontificado que acaba de terminar y recordó a los medios que muestran a la Iglesia bajo categorías políticas que no podrán comprenderla si no tienen fe.

"Muchos corresponsales de medios de prensa destacados para cubrir la actividad de la Santa Sede utilizan exclusivamente categorías políticas para presentar la vida de la Iglesia. Algunos de ellos, desde el inicio del pontificado que ahora concluye, no han ocultado su inquina hacia el Papa Ratzinger; lo perfilaron como el 'Panzerkardinal', el duro inquisidor enemigo de todo lo moderno", señaló.

Mons. Aguer expresó su sospecha de que estos corresponsales "nunca leyeron sus libros ni llegaron a conocer su pensamiento; tampoco descubrieron el atractivo de su personalidad, su calidez humana, su sencillez. Ahora lo muestran como el único puro, que se aleja harto de lidiar con una curia corrompida, y se apresuran a marcarle la agenda al próximo papa".

En un artículo publicado en el diario El Día, el Arzobispo argentino dijo que "la objeción principal que puede hacerse a esos enfoques es que desfiguran a la Iglesia y no alcanzan a captar su naturaleza y su misión. Se les escapa lo esencial, porque no se puede entender a la Iglesia si no se tiene fe".

Mons. Aguer recordó que la Iglesia no es una empresa de propaganda religiosa, una ONG filantrópica o un centro de superpoder mundano. "Su aparato exterior, su institucionalidad, que al crecer se ha tornado compleja y es siempre perfectible, es el envoltorio del misterio: la Iglesia es Jesucristo extendido y perpetuado, la comunidad de los fieles unidos a él; su realidad es a la vez visible e invisible, divina y humana", afirmó.

"En una oportunidad Benedicto XVI ha dicho que el corazón de la Iglesia no está donde se proyecta, se administra, se gobierna, sino donde se ora. Y eso sólo pueden percibirlo los ojos de la fe", aseguró.

En el artículo, el Prelado dijo que a Benedicto XVI se le debe reconocer y agradecer "por su obra y por su testimonio de hombre de Dios, de maestro y de pastor. Señalo en primer lugar su enseñanza, el magisterio desarrollado en sus tres encíclicas, en los ciclos de catequesis de los miércoles, los numerosos discursos y las homilías, luminosas y simples, al alcance de todos".

Asimismo, porque su Pontificado "es la afirmación de la identidad católica en el confuso panorama del mundo contemporáneo".

Finalmente, Mons. Aguer aseguró que Benedicto XVI seguirá sirviendo a la Iglesia desde la oración. "¿Qué otra cosa, más que orar, podemos hacer nosotros los fieles, en esta hora grave y cargada de esperanzas?", concluyó.