"Como funcionario público debería dar el ejemplo de respeto hacia las creencias religiosas de la inmensa mayoría de los ciudadanos, en cambio, se hace partícipe esperando burlonamente su porción de torta, cortada de un brazo de la forma del Cristo", describe el texto.
Los argentinos "no se merecen un funcionario que se burle de esta forma de los cristianos, que no respete la imagen" de Jesucristo, sostiene la campaña.
Si bien el funcionario se disculpó por lo sucedido, CitizenGo aclara que "sus excusas no son suficientes ni están a la altura del agravio cometido".
"Queremos una sanción ejemplificadora" ya que el cargo "debe ser desempeñado por una persona idónea, respetuosa de los valores y creencias de una parte importante de la sociedad, que tenga en claro cuál es su misión al servicio de la comunidad", exige la campaña.