Al criticar el preámbulo de la Constitución de la Unión Europea, que niega la identidad cristiana de Europa; la Ministra de Relaciones Exteriores de Polonia, Irena Lipowicz, se pronunció defendiendo “el anclaje de Europa en sus raíces cristianas, pues el hombre europeo ha sido fuertemente marcado por la experiencia histórica de persecuciones antirreligiosas”.
En el marco del foro “Nuevos Horizontes para Europa” realizado en la capital austriaca, la Ministra Lipowicz señaló que “los últimos que intentaron ‘liberarnos’ de la religión –y lo recuerdo desde mi infancia– fueron los comunistas, y para ello contaban ciertamente con métodos refinados”.
El llamado de Polonia a las más significativas naciones europeas, se basa “en el trasfondo histórico de que la religión en Polonia haya vencido a la extensiva e intensiva incomprensión, y esto gracias no sólo a los creyentes sino a los no creyentes; pues a estos últimos les sobreviene la experiencia histórica de que la Iglesia durante la época del comunismo, siempre se puso del lado de los más débiles, y se pronunció siempre por el ser humano. Así, la religión es parte de nuestra libertad, tanto para creyentes como para no creyentes”, enfatizó la diplomática polaca.