La Ministra de Educación, Mariastella Gelmini, rechazó el fallo del Tribunal europeo de Derechos Humanos que apoya el retiro de los crucifijos de las escuelas públicas, y señaló que "nadie, aún menos un tribunal europeo impregnado de ideología, logrará arrancarnos nuestra identidad".
El Tribunal con sede en Estrasburgo estimó que la presencia de crucifijos en las aulas puede ser "molesta" para los alumnos que practiquen otras religiones o sean ateos y señaló que "el Estado debía de abstenerse de imponer creencias en lugares de los que dependen las personas. En concreto, se debía observar una neutralidad confesional en el contexto de la educación pública".
El caso fue presentado al Tribunal por Soile Lautsi, cuyos hijos de 11 y 13 años asistieron en el curso 2001-2002 a la escuela pública "Vittorino da Feltre", de Abano Terme al noreste de Italia, donde cada aula exhibe un crucifijo.