Los peregrinos que han asistido este jueves al acto de bienvenida al Pontífice celebrado en la Plaza de Cibeles de Madrid, así como los que se encontraban en otros puntos como la Puerta de Alcalá o en la Plaza de Colón, han coincidido en señalar que, tras ver al Papa, están "emocionados, reconfortados y reforzados en su fe", según han explicado algunos de ellos a Europa Press.
Así, después de casi unas cuatro horas de espera en las que han estado cantando y bailando, la llegada de Benedicto XVI a la Plaza de la Independencia ha provocado una explosión de júbilo. Antes de que el Pontífice llegara a la puerta más conocida de la Villa de Madrid, Jim Rivard, de 47 años de edad y llegado desde Michigan (Estados Unidos), que acompaña al mayor de sus nueve hijos de 16 años de edad, ha señalado que nunca había visto al Papa y que pensaba que, al verle, "iba a llorar" aunque finalmente no lo ha hecho.
Después, apenas podía hablar ya que únicamente era capaz de decir "oh, oh, oh". "Ha sido impresionante, emocionante, casi no puedo hablar", ha dicho, al tiempo que ha hecho un esfuerzo para decir en español: "Benedicto es mucho grande".