Miles de fieles se congregaron en el Santuario de San Cayetano en el barrio capitalino de Liniers para pedir al Santo de la Providencia pan y trabajo y agradecer por los bienes recibidos durante el año.
A las 00:00 horas el Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Mons. Raúl Martín, abrió las puertas del templo en medio de los redobles de campanas, fuegos artificiales y las estrofas del Himno Nacional argentino entonadas por la banda de música del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín.
Muchas de la personas que esperaban la apertura del santuario acamparon por más de un mes para ser los primeros en ingresar. La primera fue Delia Noris Lencina, una peluquera de 64 años, quien desde hace 20 años recorre de rodillas desde el pórtico del templo hasta el altar donde se encuentra la imagen del Santo del Pan y el Trabajo. Fue seguida por un grupo de discapacitados en sillas de ruedas.