El Papa Francisco preside este 6 de marzo la Misa de Miércoles de Ceniza en la que invitó a los fieles a liberarse en esta Cuaresma "de los tentáculos del consumismo y de las trampas del egoísmo" y a responder a la llamada del Señor, que "nos llama a una vida encendida en su fuego".
"Necesitamos liberarnos de los tentáculos del consumismo y de las trampas del egoísmo, de querer cada vez más, de no estar nunca satisfechos, del corazón cerrado a las necesidades de los pobres. Jesús, que arde con amor en el leño de la cruz, nos llama a una vida encendida en su fuego, que no se pierde en las cenizas del mundo; una vida que arde de caridad y no se apaga en la mediocridad".
Desde la Basílica de Santa Sabina, en Roma, el Papa dijo que la Cuaresma "es una llamada a detenerse, a ir a lo esencial, a ayunar de aquello que es superfluo y nos distrae. Es un despertador para el alma".