Médicos iberoamericanos reflexionan sobre tecnología y defensa de la vida

Galenos de diferentes países iberoamericanos reflexionaron en el IV Congreso Latinoamericano de Médicos Católicos sobre la importancia del uso de la tecnología, siempre a favor de la dignidad del hombre, ya que “no todo lo que técnicamente es posible, es moralmente admisible".

El encuentro es organizado cada cuatro años por la Federación de Asociaciones Médicas Católicas de América Latina (FAMCLAM) y busca impulsar desde el Magisterio de la Iglesia la evangelización del ejercicio de la medicina en la región.

El presidente de FAMCLAM y de la Academia de Medicina San Lucas, Francisco Díaz, recordó que el gran desafío de los médicos actualmente es la defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. “Esta defensa de la dignidad de la vida humana en la vida naciente, durante su desarrollo y también en el momento de la muerte es vital”, resaltó.

En la ponencia “nacer con dignidad”, Pilar Vigil de la Universidad Católica de Chile, defendió los beneficios del reconocimiento de la fertilidad basados en los estudios del matrimonio Billings.

“Este método que pretende facilitar un conocimiento natural del ciclo femenino de la fertilidad, da a la mujer todo la información y la aleja de manipulaciones por parte de terceros. Es un conocimiento de su situación actual, de los periodos de fertilidad que tiene y los que debería tener”, indicó.

Por su parte, Fernando Orrego de la Universidad de los Andes de Chile calificó la Píldora del Día Siguiente como "una fantasía" ya que como anticonceptivo tiene una eficacia mínima porque sólo es “eficiente” si se toma dos o más días antes de la relación sexual. Agregó que en cambio como abortivo sí es eficaz, ya que la dosis del principio activo es tremenda, unas 50 veces superior a la dosis de un anticonceptivo ordinario.

El miembro de la Academia Pontificia para la Vida, Dr. Juan de Dios Vial Correa, examinó el impacto cultural que la fecundación in vitro ha tenido desde su implementación hace 30 años.

“Dicha técnica reduce la generación de un nuevo ser humano a la fabricación de un individuo. Los agentes ya no son los padres, se trata de un proceso similar a un proceso de producción industrial que conlleva a desechar lo embriones sobrantes y los que no cumplen los controles de calidad”, indicó.

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