El médico de Florida (Estados Unidos), Bryan Thatcher, vivió una experiencia de conversión gracias a su encuentro con la Divina Misericordia, que encendió en su corazón el deseo de evangelizar cuidando también el alma de los moribundos.
Cuando Thatcher era un médico joven trabajó día y noche para mejorar la salud de sus pacientes. Gracias a su diligente esfuerzo logró tener una gran solvencia económica, pero estaba luchando contra un problema interior.
En una entrevista a National Catholic Register, el médico indicó que a "finales de los 80 y principios de los 90, era un gastroenterólogo muy exitoso", pero faltaba un componente espiritual en su trabajo.