¨Madre, cuida la fe de tu pueblo que camina¨ fue el lema que encabezó la 39ª Peregrinación Juvenil a pie a Luján desde Buenos Aires (Argentina), unos 70 kilómetros de recorrido, donde participaron 2.5 millones de personas quienes recibieron del Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, Mons. Mario Aurelio Poli, el saludo del Papa Francisco.

Este "río de vida" como lo llamó Mons. Poli, participó el sábado 5 de octubre de la "histórica" peregrinación hacia la Basílica de Luján y que concluyó con la Celebración Eucarística, en donde el Prelado  explicó que "es la fe que a vos peregrino te sacó de tu casa, de tus cosas y te movió a confesarla caminando", y agregó que "la fe nos hace descubrir el amor de Dios y viene de la mano de la esperanza".

Mons. Poli aseguró que "si alguien quiere separarnos del amor de la Madre, hay una respuesta cortita y al pie, como nos enseñó ese negro sacristán (de nombre Manuel que cuidó la imagen de la Virgen que hoy se venera en Luján), humilde: 'Soy de la Virgen nomás'".

Les pidió a los presentes dejarse "cuidar" por la Virgen en el camino de la vida cotidiana, al destacar que "hay un antes y un después" de peregrinar a Luján.

"La vuelta a casa tiene que convertirse en una nueva oportunidad de vivir conforme a la bendita fe de nuestro bautismo, con alegría y fidelidad", subrayando que "la fe es contagiosa. No es una enfermedad, pero se contagia", enfatizó Mons. Poli.

Al terminar la Misa el Arzobispo invitó a los fieles a decir Viva por la Virgen, la Iglesia, el Cura Brochero y el Papa que envió el mensaje "que a todos la Virgen los cuide mucho".

La peregrinación se enmarcó, además, en el "itinerario bautismal" de la arquidiócesis de Buenos Aires, por lo que se ofreció el bautismo a los peregrinos que se formaron para recibir este sacramento.

Durante el peregrinar a pocos kilómetros de la Basílica, los fieles fueron recibidos por la Imagen de la Virgen de Luján que el Papa bendijo en Brasil en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013 el pasado mes de julio.

Una peregrina adolescente de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario ubicada en Maipu, Buenos Aires, dijo que "llevamos las intenciones y agradecimientos de mucha gente. No hay palabras para explicar lo que se siente, hay que vivir esta experiencia de fe y tener ganas de caminar".

Otro peregrino de 65 años señaló que "vengo todos los años porque le pedí a la Virgen y mi hijo se curó de cáncer, ahora se me hace difícil llegar, pero hago una parada en Moreno y con esfuerzo llego a Luján".

Una joven de 30 años contó que su hija nació con el cordón umbilical enroscado en el cuello y quedó en estado vegetativo, por lo que rezó para que "le dé paz y la Virgen se la llevó con ella".

En esta caminata también participaron más de cinco mil voluntarios que no sólo apoyaron en la movilización de los peregrinos sino también alentándolos con las palabras y proporcionándoles alimentos. Entre los voluntarios habían médicos encargados de los puestos de salud.