En la madrugada del sábado 19 de octubre, más de 100 mil jóvenes chilenos se congregaron para recorrer 35 kilómetros desde la Cuesta Chacabuco hasta el santuario de Santa Teresa de los Andes, siguiendo los pasos de la primera santa chilena para renovar  la fe en el Señor.

Los jóvenes, unidos bajo el lema "Peregrinos de la fe, testigos del amor", caminaron unas siete horas rezando, cantando  y recorriendo las 11 estaciones que animaban a quienes estaban cansados, para que con alegría vivieran esta experiencia de fe y oración hasta llegar al Santuario. La peregrinación culminó con una Eucaristía presidida por  el Arzobispo de Santiago, Mons. Ricardo Ezzati.

Durante su homilía, Mons. Ezzati destacó que "la Iglesia joven está llamada a plantar la cruz de Cristo, no la del dolor, sino la de la resurrección" y agregó que "plantar la cruz de Cristo significa tener los ojos abiertos ahí donde se necesita conocer el mensaje de vida abundante que el Señor nos ha regalado".

"Sin fe, Chile no tiene futuro, sin jóvenes llenos de fe que anuncien al Señor en el corazón de nuestra sociedad, Chile no tiene futuro", enfatizó.

Durante la Misa, Mons. Ezzati recordó a Bernardo Contreras, maestro del colegio María Auxiliadora de Los Andes, quien falleció ese día de un paro cardiorespiratorio antes de terminar la peregrinación que realizaba desde hace 15 años junto a sus alumnos. "Él fue un educador en la fe", señaló.

Por su parte, Bernardo Salinas, estudiante universitario de 21 años, comentó para ACI Prensa que "participar nuevamente en esta peregrinación me ha hecho pensar en cómo la Iglesia está viva, es joven y con más fuerza que nunca. Compartir la fe con tantos jóvenes me ayuda a renovar mi llamado como apóstol del Señor".

Tras la celebración litúrgica, el P. José Antonio Santa Cruz, en representación del Nuncio Apostólico de Chile, transmitió a los jóvenes el saludo del Papa. "Pidamos por el Santo Padre para que siga guiando con tanta fuerza nuestra Iglesia", añadió.

La peregrinación de Santa Teresa de Los Andes se realiza todos los años, con el objetivo de recordar el ejemplo de vida de la primera santa chilena, Juanita Fernández, quien más tarde entraría al Carmelo, para ser conocida por todo el mundo como Teresa de Jesús de Los Andes.