Para los mártires, “Jesucristo no ha sido un símbolo de un vago valor abstracto, sino una Persona viva y concreta, una persona absolutamente singular”, afirmó el Papa Benedicto XVI en un mensaje en el que destaca el amor por el Señor hasta la “efusión de la sangre” de estos insignes testigos de la fe.
En su misiva titulada “Creer significa pertenecer al Señor, comprometerse a ser, con Él y por Él, luz y sal de la tierra, levadura de la sociedad”, enviado a los participantes del Foro Internacional de Acción Católica (FIAC) que se realiza en la ciudad de Lugazi, Uganda hasta el 9 de agosto, el Santo Padre invitó a recordar a Carlos Lwanga y a sus compañeros mártires, para “confirmar la opción de caminar sobre las huellas de estos laicos cristianos que han testimoniado su fe hasta la efusión de la sangre por el Evangelio”.
El texto, firmado por el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado Vaticano, exhorta también a “mostrar con la vida de fe y de alabanza a Dios que “todos los cristianos están llamados a la unión mística” con Cristo e invita a “cultivar la espiritualidad de comunión” viviendo con humildad y gratitud en la Santa Iglesia, en sintonía con los Pastores y con todo el Pueblo de Dios.