El Padre Stefano Giaquinto es el valiente párroco de Santa María de la Victoria de Casagiove, Caserta, al Sur de Italia, donde días después de denunciar que la Camorra -la mafia de la región italiana de la Campania- "es el cáncer" de la sociedad.

Según informa el diario italiano Avvenire, un "sospechoso incendio" sorprendió durante la pasada noche del 15 de agosto a Don Giaquinto en el centro parroquial "el Nazareno", una clínica dedicada al tratamiento de toxicómanos que él mismo fundó y dirige desde hace 15 años.

"Digo desde el altar que la camorra es el cáncer de nuestra tierra, puedo decir nombres y apellidos. Creo en una Iglesia que denuncia para anunciar", había afirmado días antes sin miedo Don Giaquinto desde el altar.

"Yo continúo mi camino, no pararé. Solamente soy un sacerdote, no un héroe. Y mis puertas están abiertas a todos, también a ellos. Pero esta tierra necesita cambiar", añade desde su cuenta en  Facebook.

Al sacerdote le llueven amenazas e intimidaciones. Don Stefano ha rechazado una escolta, y sostiene que los mafiosos llegaron a entrar con armas en su iglesia.

El incendio del pasado jueves no es el primer ataque que recibe su centro parroquial. Hace menos de dos meses incendiaron los maceteros y el monumento a los mártires por la paz, y dañaron un santuario dedicado a la Virgen María.

Cada domingo Don Stefano celebra cinco Misas ante una multitud de fieles. El pasado domingo, más de mil personas participaron en la Misa por la fiesta de la Asunción de la Virgen, que celebró en la plaza del pueblo.

Durante sus encuentros con la juventud que participa en las iniciativas parroquiales: 350 jóvenes de entre 6 y 18 años dirigidos por 120 animadores, el sacerdote no duda en recordar que "aquí hay un gran compromiso y mucha esperanza. Os recuerdo lo que ha dicho el Papa Francisco: 'No os dejéis robar la esperanza'", pero todavía en la ciudad "se pasa droga, se pide el impuesto de la mafia, y hay mucha ilegalidad".

 "Mi compromiso social es diario, no es nada de especial. Se basa en los grandes valores cristianos que me inculcó mi familia. Una familia sencilla", agrega.

El sacerdote concluye que seguirá luchando abiertamente contra la mafia y los mafiosos, a los que en más de una ocasión ha invitado abiertamente a abandonar las armas y convertir su corazón a Dios.