En Hungría entró en vigor una ley que exige que los médicos hagan que las madres que quieren abortar escuchen el sonido de los latidos del corazón de su bebé antes de cualquier procedimiento.
La modificación de la ley de aborto entró en vigor el 15 de septiembre, tres días después de emitida la norma.
Con esta decisión, los médicos deben firmar un documento que verifique que las mujeres embarazadas recibieron "una indicación claramente identificable de los signos vitales del feto" antes de proceder con cualquier forma de aborto.